
No creo en la formación de grupos, no me gusta la formación de grupos, pero constantemente me encuentro contendiendo con ellos, viviendo en ellos, viendo a través de ellos. “Bueno, fracturémoslos, gente”. Primero existe la aislación del átomo, buscando algún lugar en el cual sentirse contenido, del cual formar parte, & cualquier camino que la gente transite parece tener ese “fíjate por ahí”, “¡mira!”. Pero todo grupo tiene la misma posibilidad de insularidad que todo individuo: este nuevo “nosotros” tiene la misma posibilidad de vacancia que de satisfacción, un grupo potencialmente tan atomizado en su separación de otros grupos como una persona de otras personas. Este es el problema de la vida en familia. Propiedad, territorio, dominio. Pero, “para nosotros ahora”, el grupo (familiar, estético, social, nacional) es meramente otra parte de nuestras vidas mercantilizadas —porque consumimos esas formaciones, con la mayoría de las otras cosas, como mercancías & somos consumidos en el proceso. ((Dejando a un lado aquí hasta qué punto las agrupaciones y partidos políticos son diferentes de los grupos de “artistas”; también el lugar de las agrupaciones basadas en la opresión de clase por un lado y en la opresión a las minorías —mujeres, gays, pacientes mentales— por otro lado.)) De modo que usamos los grupos como emblemas —escudos— tanto para defendernos de la intrusión del exterior, los otros, como para refugiarnos de su invasividad compartida (& así facilitamos un lugar para ocupar, habitar). No pienso tanto que ese refugio sea un fraude, innecesario, cuanto “mirémoslo”, cuestionemos las críticas, comprendamos que podemos reformularlas: un llamado contra la parálisis de un sentido de límites fijos sin, o antes, que nuestro tener tenga la posibilidad de participar en su factura. “El peligro es que nuestras exigencias mutuas pisoteen lo que realmente sentimos.” El peligro es que nos ocultemos en medio del mazo para proclamar quiénes somos.
Tenemos temor a decir poesía, temor a la tarea; es por eso que simplemente poseer los recursos —“Ah, tiene unos dones del demonio”— nunca es suficiente. Me gustaría ver algo más que sentimientos excelsos expresados bellamente “a la manera de...” “El realmente sabe de mí”, pero por desgracia no de nosotros. Se podría asimismo volver para cosechar los frutos. Es difícil hablar sobre el contenido hoy en día, con cada uno apuntando a la huella de sus ideas como si eso fuera “lo” pero no queremos meras conceptualizaciones. “Pero, quiero decir, esa persona realmente está diciendo algo”, que es la manera equivocada de encarar el asunto. Pero: basta de jarrones seguramente vacíos. La necesidad es la que hace la forma, que luego hereda; no cualquier “constructo” sino aquellos junto a los cuales vivimos, en los que vivimos & entonces aquellos con los que nos encontramos.
“Conseguirlo.” “Usarlo.” “Fingir.” “Imaginar.” “En el camino interior.” “En disputa.” “Una autoridad que habla genuinamente desde el corazón, haciéndonos saber que desde aquí...” “Caderas enormes.” “Problemas de tiroides.” “Oh cómo pudiste hacer esto.” “No es cristiano de tu parte.” “Gracia.” “Tumba.” “María de las fleurs.” “Una cavidad abierta, de unas tres a seis pulgadas desde la parte posterior de la lengua, quien...” “Naturalmente.” “Excesivamente intelectual.” “Con demasiado esfuerzo.” “Excesivamente emocional.” “Griego.” “...lo que a veces uno quisiera que dé lugar a un sentido de necesidad mayor, como antes que nada el de por qué molestarse en escribirlo.” “A partir de aquí, las nubes bajas que oscurecen la visión...”
Escritura centrada en el lenguaje y otros epítetos artístico-históricos. Por ejemplo, es correcto que la necesidad de reconocimiento, suponiendo que la obra sea importante, exige proceder a la acción. Se hacen recortes pero no sin una enorme confusión en todos lados —qué es lo que hay en común & de diferente sin exagerar en ningún caso. Comienza una suerte de visión del más ciego mientras se mira el mundo conforme a las configuraciones hechas, “A su debido tiempo unos respondimos a la obra de los otros, estuvimos allí unos para otros.” “¿Para la remoción permanente de todos los demás después, simultáneamente?” No. Estas cosas surgen de la práctica, tiene un valor práctico. ((Imaginen un mundo en el que la gente se alía en filas según el color del pelo. O que lo que unifica a un grupo de artistas es el uso de cierta tonalidad de azul, o el hecho de que viven (o crecieron o fueron a la escuela) en el mismo lugar —la impresión de un ambiente común, una constante para facilitar la aprehensión artístico-histórica. ¿Cómo puede llegar a ser visto Richard Diebenkorn por los que piensan la no-figuración como el punto clave de su generación de pintores? ¿& no fue el punto clave?)) Pero los recortes “definitivos” no fueron —y no van a ser— hechos. Sólo recortes por “aquí” y por “allí”.
La identificación de los poetas “jóvenes” “que surgen” hecha por un grupo o comunidad puede implicar para esa gente el comienzo de su inclusión dentro de una jerarquía paternalista —una iniciación a ella. Simplemente, hay que derribar los muros & constantemente construir otros nuevos como (re)emplazantes —o quizás esto es lo que sucede siempre, le prestemos o no atención. Vemos a través de estas estructuras hechas por nosotros mismos & sin las cuales no podemos estar ni un momento, aunque no son fijas sino provisorias. ...que la poesía toma forma —se informa y transforma— mediante las relaciones sociales de publicación, lectura, correspondencia, recitales, &c. (o, visto históricamente, la “tradición”) e, inclusive, que la(s) comunidad(es) poética(s) no son un fenómeno secundario para la escritura sino uno primario. De modo que no procederán simplemente a “pensar sobre la obra”. Aunque aún hay que explorar qué relación hay entre la poesía “normal” y la “extraordinaria” —& por qué ambas necesitan ser valorizadas en algunos aspectos y devaluadas en otros (esnobismo, elitismo, exclusivismo, autoconciencia histórica, autoinflación, &c.)— especialmente en un momento en el que hay un incremento en el número de gente comprometida en actividades artísticas, no apenas unos pocos “hombres” “por allí” cumpliendo el trabajo “heroico”. Esa poesía, con el lenguaje escrito como medio, es, de hecho, la exploración y realización del campo común, del “nosotros”, dentro del cual estamos, “que contiene nuestras miradas dentro de sus visones”.
O lo que tenemos es una serie de repúblicas bananeras con conflictos (v.g. interiores) encarnizados como de quién “ser el” EL del campo de juego, todo oscureciéndose con jocosa regularidad mientras hacemos andar nuestras góndolas por los canales del tiempo y miramos hacia atrás los muchos remanentes del período manierista. ¿Quieres dar nombres? Me siento finalmente muy orgulloso & quiero aprovechar esta oportunidad para dar gracias a todos. Ojalá tuviera una pluma para escribir. Me llevo diez centavos por cada vez que ellos... “Quisiera decir que parte de este material realmente te da vuelta.” Un lugar bárbaro para llevar a tu novia, &c., quiero decir realmente impresionante muchachos. “Quieres saber algo, estoy contento de lo que te hicieron...” El fundamento de un imperio lingüístico en la acuñación de un estilo distintivo y reconocible —“& eso quiere decir no afilen en mi territorio” “& eso quiere decir ustedes” es casi tan crucial como la ópera de Luca Della Robbia. Pero no para detenerse allí. “Nosotros” no trata de ninguna agrupación social nueva —nadie puede eludirlo— ésta es la desconstrucción del grupo. Esto es mirar el lenguaje, que es el “nosotros”, & no inventar el espectáculo de última moda del “esto es lo que se viene”.
Lo que sucede, que es lo que es cuando algo sucede & dicen “oh, mira ese———” —habiéndose ya mentalizado como un— ———. Pero no sólo para conectarse —“ah entiendo déjame que te aporte algo—”. Los saltos en el disco acentuados por nuestros pies cuando taconean hacen a la púa bailar desincronizada con el ritmo que nuestros cuerpos parecen querer seguir... —seguir siendo honestos. ¿”Honestamente”? Pero no “estar adentro” es hacer que las palabras que salen de ese modo sean más conscientes de sí mismas, & por lo tanto nosotros más responsables de ellas, que no las “digamos” con la capacidad, cualquiera sea, que nuestros “dones” nos permitan, sino que las signifiquemos con una intención dos veces explícita que ponga la “mera facilidad para las imágenes & transiciones” en su lugar & ponga la “poesía” — una guilda sin miembros, sólo ocasionalmente uno u otro de nosotros nos descubrimos allí, y no a “nosotros mismos” sino más bien a “esas sílabas así ordenadas...” & nosotros meros espectadores, afuera en la zona del público, miramos eso, ahora ya detrás de nosotros...
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